Dedicaremos el presente post a explicar sucintamente en qué consiste un nombre de dominio y, de paso, para qué sirve.
Un dominio de internet es una red de identificación que se encuentra asociada a un grupo de equipos o dispositivos conectados a internet.
El principal propósito de los nombres de dominio (y del sistema de nombres de dominio), es traducir las direcciones IP de cada “nodo” activo en la red a expresiones que sean fáciles de encontrar y que, además, sean de fácil memorización.
Sin este sistema, los usuarios de internet tendrían que ingresar a cada servicio web usando la dirección IP del nodo.
Es así como tendrían que utilizar “http//181.0.63.10” en vez de “http//astronomia.com”.
En el mismo orden de ideas, podemos manifestar que en la actualidad es usual ver que varios dominios utilicen la misma IP, por lo que se reduciría el número de sitios web posibles.
Un nombre de dominio sirve para brindarle identidad al sitio.
Haciendo un parangón, podríamos decir que es mejor que a una persona se le conozca como Lionel Messi, que como 12.123.654 (si es que ese fuese el número de identificación personal de él).
Ahora, es claro que la intención de la inmensa mayoría de personas individuales y compañías que están en la web, es comercial. Son pocos los sitios que encontramos con un interés diferente.
Esos intereses comerciales siempre (o, casi siempre) van acompañados de una marca. Es evidente que a Coca Cola le interesa ser conocida en la web como, por ejemplo, “Cocacola.com” y no como “181.0.45.19”.
Ahora, el nombre de dominio debe ser registrado. Para este efecto, la opción más interesante consiste en registrar el dominio con un proveedor de servicio de hospedaje. Dicho proveedor se encarga, además, de todos los aspectos técnicos.
Además, ayuda bastante en lo que respecta al tráfico hacia nuestro sitio que está hospedado en uno de esos proveedores.
Eso sí, el posicionamiento SEO no depende exclusivamente del SEO mismo de la webhosting. También es necesario que el “sitio hospedado” haga su trabajo, publicando contenidos de valor, utilizando palabras clave adecuadas y demás.
En otro orden de ideas, tenemos que el dominio se puede contratar por un período mínimo de una año. El tiempo máximo suele oscilar en un rango entre 5 a 10 años, dependiendo del TLD.
El TLD es la terminación de dominio. Para no extendernos en una compleja exposición técnica mejor digamos, con ejemplos, de que se trata el TLD así:
“com” (el más extendido de todos), “edu” (para servicios de educación), “gov” o “gob” (para servicios de entidades públicas), “net” (para infraestructura de red), etc., etc.
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